Durante el curso de doctorado y posdoctorado, dada la gran presión propia del proceso, se suele pasar por varias etapas emocionales que pueden afectar el desempeño del alumno, por lo que es importante anticiparse, para poder trabajar en ellas y no dejarse llevar por estas situaciones.
Hoy queremos hablarle de 3 obstáculos que le pueden hacer muy cuesta arriba el camino doctoral, y cómo puede tener una eficiente gestión emocional para sobrevivir a la presión sin morir en el intento.
Respire, porque todo tiene la misma solución: Gestión Emocional.
Los baches más comunes que atraviesan las personas durante el curso de doctorado/posdoctorado son:
Síndrome del impostor: la persona que lo padece, tiene la sensación de que todo el mundo sabe o puede manejar mejor una situación que él o ella. Esta situación es agotadora, ya que el individuo se encuentra frecuentemente en un esfuerzo continuo para que nadie descubra que realmente no es digno del puesto que ocupa, ya sea en el doctorado o en su trabajo.
7 de cada 10 personas sufren el síndrome del impostor y, según el International Journal of Behavioral Science, más del 70 % de las personas se ven afectadas por pensamientos de creerse impostores en el lugar de trabajo en algún momento de sus vidas.
Perfeccionismo: Según el sitio especializado areahumana.es, “el perfeccionismo es considerado como una tendencia a establecer estándares excesivamente altos de desempeño en combinación con una evaluación posterior excesivamente crítica y una creciente preocupación por cometer errores, rasgos que se expresan con baja tolerancia a la frustración”.
Las personas con perfiles perfeccionistas suelen ser tercas en que todo debe ser perfecto. Sus objetivos son muy altos, y son controladores. En general, les cuesta mucho delegar tareas, nunca es suficiente trabajo para ellos.
Mala relación con los directores de tesis: Este punto es crucial, ya que el tutor de tesis será ese personaje que le acompañará y será partícipe de su éxito. El tener una relación cordial, o no, tendrá una incidencia directa en su trabajo. Si durante la tesis, por las tensiones propias de doctorado, comienza a erosionar la relación, busque por todos los medios mantener su inteligencia emocional y ser asertivo, no permita que le sobrepasen las emociones. Esto, definitivamente, será parte de su proceso de maduración emocional.
Entendiendo los puntos anteriores y sabiendo que muchos más se pueden añadir a la lista, es clave, cuando toma la decisión de vida de hacer un doctorado, internalizar que, como todo en la vida, muchas cosas no saldrán como lo planea. Debe aprender a confiar en sí mismo y en sus habilidades. Y como consejo extra: ¡Nunca sé de por vencido! Porque vale la pena.
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